Todos los años nuestro Padre Creador nos regala un verano, incluso en pandemia. ¡¡¡Bienvenido sea!!!
Muchas veces el regalo del verano contiene unas vacaciones. No siempre, ni para todos. Algunos no pueden salir como los inmigrantes sin papeles y muchos trabajadores en precario que no les llega el sueldo ni para ir a la piscina.
Otros trabajadores pueden hacer su “agosto” aprovechando un empleo temporal veraniego para resistir el invierno o preparando el curso que viene.
Este Secretariado de Pastoral del Trabajo os desea un verano en que bajéis el ritmo de vuestros trabajos, podáis descansar, disfrutar de la familia y los amigos, hacer un viajecito, orar con más calma, leer a la sombra con una bebida fresquita…
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